Bienvenidos a mi espacio sideral
Aquel día
Pudo ser el último de mi vida.
Sigo aquí.
No lo fue, pero sentí que mi cuerpo no me pertenecía, que estaba bajo el dominio depredador de un organismo destructor.
No me destruyó.
Hizo uso de mis células, pero no me mató.
Su adaptación es esa.
Si muere el huésped, te lleva a la nada.
Aún no fue mi hora.
Lo pasé crudo.
Temí no salir a delante.
Pensé en que mi organismo hiciera frente.
Me quedé en mí.
A otras personas no les salió bien.
De ésta me libro.
Algún día.
No muy lejano.
Me quedan pocos asaltos.
La vejez es ese lugar inevitable al que temes llegar.
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