Bienvenidos a mi espacio sideral
Si pudiera retroceder y torcer mi camino en otro sentido, eludiendo el extravío que me ha traído hasta aquí, lo haría; pero no puedo tomar el mando de lo vivido, aunque eso no quiere decir que sea esclava de un destino que está por escribir.
Que nada es casual.
Que seguimos trazos.
Que el escollo está allí, y tropezamos repetidamente en él, no sacando lección de los errores.
Porque hay un impulso indomable, que cuando se impone nos convierte en marionetas, aunque en nuestro fuero interno veamos que nos lleva a lo más profundo de ese oscuro abismo, temido y deseado, porque lo monótono del vivir nos hace salir de la zona de confort, no siempre con acierto.
Esa insatisfacción rompe el equilibrio.
Diremos que hemos vivido, y no nos arrepentimos, aunque haya sido equivocado ese bucle del tiempo, porque nada es previsible, ni calibrable, de ese devenir.
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