Bienvenidos a mi espacio sideral
Paraíso
Un paraíso en tus brazos.
Eso escribí.
Cantando.
Pienso en ello.
Ese instante fuera del ser y del tiempo.
Días atrás anoté:
“Qué mundo es éste, que para avanzar arrastra, descuartiza, rompe…”
Y antes de mi drama personal:
“Nos embarcamos en nuestros cuerpos, perdiendo la carne y el aire. Naufragamos en ellos. Fue trance. En el regreso nuestras fronteras volvieron a instalarse.”
Desde ese hubo silencio introspectivo.
Ansiamos vivir intensamente.
La monotonía que suma instantes fugaces atrapa nuestros tiempos perdidos.
Siempre.
Rememorar.
Recordarse.
No fuimos testigos.
Fuimos quienes lo sufrimos.
¿Cómo explicarse de sí mismo?
La memoria tiene ángulos ciegos.
Tantos, que para cuadrarlos los inventamos.
Hoy, el sol a mi espalda gratificaba.